sábado, 23 de julio de 2011

Pide un deseo

La otra noche le narraba a mi prima un cuento antes de irse a dormir. Trataba de un genio de esos que si frotas su lámpara te concede tres deseos. En este caso era uno, porque si pedías más la avaricia se volvía contra ti. Cuando terminé ella me preguntó:

- ¿Tú que deseo pedirías?- mientras imaginaba que  le respondería con “un castillo gigante”, “ser rica” o “vivir entre golosinas”.

- Yo deseo saber escribir- contesté sin pensármelo mucho. 

- pero, pero…¡pero si ya sabes escribir!- dijo sin dar crédito a mis palabras. Creo que no entendió como podía desear algo que supuestamente sabía hacer.

- Desde pequeños a todos nos enseñan a escribir. Pero hacerlo es algo más que aunar letras o frases- comencé a explicarle, y continúe -Escribir es un arte que, a diferencia de otros, todos creen poseer y sólo unos pocos pueden gozar de él. Yo admiro a los que saben escribir. A los que saben redactar con el alma, buscar la palabra exacta y conjugar verbos inverosímiles en la mente de cualquier persona. Admiro la belleza de las palabras unidas por versos, determinantes, adjetivos o adverbios; separadas por puntos, por comas, por ideas dispersas…

Admiro esa mente que crea textos con sentido, sentimiento y armonía. Pues al fin y al cabo, escribir es la exaltación de la inteligencia en estado puro. Es hacer vivir en un papel a la imaginación, las cosas que pasaron y no volverán, los sentimientos que dan miedo pronunciar en voz alta, y hacerlos vivir a los demás. Que otros sientan lo que siente tu mente- cuando terminé ella ya estaba dormida y pensé que quizás soñaría con aquel cuento que un día salió de la mente de un genio.


Jéssica Murillo

No hay comentarios:

Publicar un comentario