Ya en 1635, Calderón de la Barca se preguntaba, ¿Qué es la vida?. Descubrió que la vida no es mas que un sueño y que los sueños, sueños son. A veces parece que olvidamos ese pequeño matiz. Pasamos el tiempo soñando ser de un modo u otro, encaminándonos por una senda ilusoria y buscando el amor perfecto. Perseguimos lo que solo existe en nuestra imaginación. Se nos escapa de las manos y no logramos ser felices. El amor ideal no existe, solo es fruto de las apariencias y las películas norteamericanas. La realidad, es que hay amor que matan, otros que hacen daño, que rompen el corazón y hacen añicos el resto de la vida. Canciones populares y obras literarias nos demuestran que el amor lleva al sufrimiento, cuando queremos de verdad. Quizás esto ocurra porque quienes amamos demasiado, nos queremos demasiado poco, y caemos en el hastió. Es cierto que el sufrimiento es necesario para aprender. La conclusión que deberíamos sacar es que hay que dejar de soñar. Vivir la vida como un viaje que acabara tarde o temprano, disfrutarlo. Solo lo conseguiremos si aprendemos a aceptarnos tal y como somos, para ser felices de una vez por todas. Será difícil, pero seguro, mecerá la pena.
(Por todos aquellos que intentamos ser diferentes cuando el mundo nos obliga a ser iguales)
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